sábado, 28 de agosto de 2010

Pena que haya que haber esperado al siglo XX para que las mujeres hayan tenido más reconocimiento como escritoras.

"A lo largo del siglo XX aumenta sin cesar el número de mujeres que escriben, y la profesión deja de considerarse impropia de nuestro sexo. Creo que en ningún campo estamos tan cerca de alcanzar la paridad con el varón. Hay muchas mujeres escritoras, algunas muy famosas, y algunas consiguen espectaculares éxitos de venta, e incluso de crítica. El hecho de ser mujer no constituye un obstáculo para encontrar editor, y ninguna autora se avergüenza de haber escrito una buena novela o un buen poemario."

Esther Tusquest

lunes, 23 de agosto de 2010

"El oficio de escribir eso que en nuestra sociedad entendemos por literatura exige, como dijera Borges, el ejercicio de la memoria y de la imaginación. Cuando alguien escribe, lo hace desde los abruptos territorios de la memoria. Es la memoria del tiempo pasado, de o que fue y ya no es, de lo que fuimos y ya no somos, lo que agita a menudo la nostalgia de la escritura literaria y nos anima a escribir sobre otros territorios imaginarios e imaginados, llámense Macondo, Castroforte, Mágina, Yoknapatawpha, Comala, Santa María, Paniceiros, Vetusta, Región, Obaba, Celama o la ínsula de Barataria. Sin Memoria no hay nada porque sin memoria no somos nadie ni es posible imaginar nada. Lo que somos y lo que imaginamos está tejido con los hilos del recuerdo y de lo vivido. Y nada es, ni siquiera en el paisaje literario de la ficción más irreal, si no ha sido antes en el paisaje sentimental de la memoria de quien escribe y quizá también de quien lee. Por eso el oficio de escribir tiene tanto de añoranza, de mirada hacia atrás, de evocación de los paraísos perdidos de la infancia y de la adolescencia a la búsqueda del tiempo perdido.