jueves, 25 de marzo de 2010


EL 25 DE MARZO DE 1948 NACE LUIS LANDERO, ESCRITOR.

Muy recomnendable su lectura por el microcosmos y el ambiente que recrea en sus obras y muy bien escritas.

De una humilde familia de campesinos extremeños emigrados a Madrid en 1960, tuvo que trabajar muy joven para pagarse los estudios en los oficios más variopintos, en especial como profesor de guitarra clásica desde los dieciséis hasta los diecinueve. Estudió filología hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y ejerció en la misma como profesor ayudante de Filología Francesa. También fue profesor de Lengua y Literatura españolas en un instituto de bachillerato de Madrid. Actualmente está jubilado, tras impartir clases en la Escuela de Arte Dramático de esta misma ciudad. Desde la aparición de su primera y exitosa novela, Juegos de la edad tardía, donde se da un singular diálogo entre la fantasía y la realidad de raíces cervantinas, y que fue galardonada con los premios de la Crítica de 1989 y el Nacional de Literatura en 1990, ha publicado otras novelas y artículos en la prensa (El País, principalmente) recogidos en ¿Cómo le corto el pelo, caballero? (2004).

miércoles, 24 de marzo de 2010


EL 24 DE MARZO DE 1926 NACE DARÍO FO, ESCRITOR ITALIANO.

PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN 1997.

Lectura imprescindible de sus obras, sobre todo, por la crítica a la sociedad y a la política de su país.

Entre sus obras más conocidas se citan Muerte accidental de un anarquista y Aquí no paga nadie. En 2002 publicó su autobiografía El país de los Murciélagos. Situado en el entorno de la izquierda política italiana, Fo ha escrito ácidas sátiras políticas arremetiendo sin piedad contra el poder político, el capitalismo, la mafia y el Vaticano. En una de sus últimas obras, L'anomalo bicefalo (2003), presenta un retrato irreverente y crítico del primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

viernes, 19 de marzo de 2010


Comentario de Esther Tusquets, muy interesante:
...Sea o no cierto que las mujeres que se dedican a la escritura viven de forma especialmente peligrosa, fue en ese campo donde pudieron hacerse antes un lugar, y donde han tenido mayores posibilidades. Aunque Virginia Wolf se lamente con razón de que las mujeres escritoras carezcan de "una habitación propia" (título de uno de sus libros), de medios económicos independientes, de haber pasado por la universidad, o de lo limitado de unas experiencias que las constriñen a la novela psicológica y la novela de costumbres (difícilmente podría una mujer haber escrito ), estos elementos son desde luego favorables e importantes, pero no "imprescindibles". Para escribir no se requiere un título académico, ni otro dinero que el necesario para adquirir papel y tinta, y ni si quiera un lugar especial de trabajo o un tiempo a salvo de interrupciones.
Hay todavía algo más, que debió de tener en el siglo XIX una importancia primordial: la escritura puede practicarse en secreto y ampararse en un pseudónimo, que será siempre, claro, masculino.
Cuenta uno de sus sobrinos que Jane Austen, que escribió la mayor parte de sus obras en la sala de estar, sujeta a todo tipo de interrupciones, "tuvo siempre buen cuidado de que no sospecharan sus actividades los criados, ni las visitas, ni nadie ajeno a su círculo familiar". Jane Austen se alegraba de que chirriara el gozne de la puerta para esconder su manuscrito antes de que entrara nadie.
Como vemos, en el siglo XIX escribir era una profesión considerada impropia de la mujer, una transgresión a las normas, algo de lo cual, lejos de envanecerse, había que avergonzarse, y que hacía la vida más difícil y le añadía un suplemento de riesgo. Las novelistas del siglo XIX no escribían con ánimos de triunfar ni de hacerse famosas: escribían por la misma razón que los escritores de cualquier sexo y de cualquier época: porque no pueden dejar de hacerlo.

jueves, 18 de marzo de 2010


EL 18 DE MARZO DE 1911 NACE GABRIEL CELAYA, POETA.

Fue un poeta español de la generación literaria de posguerra. Es uno de los más destacados representantes de la que se denominó "poesía comprometida". Fue Premio Nacional de las Letras Españolas en 1986. Rafael Múgica es el nombre real del poeta español.
Presionado por su padre, se radicó en Madrid donde inició sus estudios de Ingeniería y trabajó por un tiempo en lEntre los años 1927 a 1935 vivió en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Federico García Lorca y José Moreno Villa.

En 1946 fundó la colección de poesía «Norte», que pretendía hacer de puente hacia la poesía de la generación de 1927, la del exilio y la europea. Aparecen así, bajo ese sello editorial, traducciones de Rainer María Rilke, Arthur Rimbaud, Paul Éluard o William Blake.

En 1946 publica Tentativas, libro en prosa en el que por primera vez firma como Gabriel Celaya. Esta primera etapa es de carácter existencialista.

En los años cincuenta se integra en la estética del compromiso (1952 Lo demás es silencio y 1955 Cantos Íberos, verdadera biblia de la poesía social). Junto a Eugenio de Nora y Blas de Otero, defiende la idea de una poesía no elitista, al servicio de las mayorías, "para transformar el mundo":

Cantemos como quien respira. Hablemos de lo que cada día nos ocupa. Nada de lo humano debe quedar fuera de nuestra obra En el poema debe haber barro, con perdón de los poetas poetísimos. La Poesía no es un fin en sí. La Poesía es un instrumento, entre otros, para transformar el mundo

Gabriel Celaya, citado por Rodríguez Puértolas et. al en Historia social de la literatura española)
Cuando este modelo de poesía social entró en crisis, Celaya volvió a sus orígenes poéticos. Publicó La linterna sorda y reeditó poemas anteriores a 1936. También ensayó el experimentalismo y la poesía concreta en Campos semánticos (1971).

Entre 1977 y 1980 se publicaron sus Obras Completas en cinco volúmenes.

En 1986 Es galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas por el Ministerio de Cultura. Publica "El mundo abierto".

En definitiva, la obra de Celaya constituye una gran síntesis de casi todas las preocupaciones y estilos de la poesía española del siglo XX.

Falleció el 18 de abril de 1991 en Madrid y sus cenizas fueron esparcidas en su Hernani natal.

a empresa familiar. Conoció allí a los poetas del 27 y a otros intelectuales que lo inclinaron hacia el campo de la literatura, dedicándose desde entonces por entero a la poesía. En 1947 fundó en San Sebastián, con su inseparable Amparo Gastón, la colección de poesía «Norte». Obtuvo en 1956 el Premio de la Crítica por su libro «De claro en claro», al que siguieron entre otros, «Plural» 1935, «Cantos Íberos» 1955, «Casi en prosa» 1972, «Buenos días, buenas noches» 1976 y «Penúltimos poemas» en 1982. En 1986 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas. Falleció en 1991.

miércoles, 17 de marzo de 2010

martes, 16 de marzo de 2010


EL 16 DE MARZO DE 1940 FALLECE SELMA LAGERLöF, ESCRITORA SUECA.
PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN 1909.
PRIMERA MUJER QUE OBTIENE EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA.

En 1909, la Academia Sueca decidió entregar a Selma Lagerlöf el Premio Nobel de Literatura, "en reconocimiento al altivo idealismo, la vívida imaginación y la percepción espiritual que caracterizan a todas sus obras". Lagerlöf se convertía de este modo en la primera mujer en recibir un Nobel de Literatura.

El discurso de presentación del premio fue leído por el presidente de la Academia, Claes Annerstedt, el 10 de diciembre de ese año, y, entre otros elogios, remarcaba el "retrato totalmente original de la vida campesina" que era capaz de dibujar la prosa de la autora, así como "la pureza de su dicción, la claridad de la expresión y la bella musicalidad que son características de todos sus escritos".

"La grandeza de su arte", concluye el académico, "consiste precisamente en su habilidad para utilizar tanto su corazón como su genio para lograr el peculiar y original carácter y las actitudes de sus personajes, en los cuales todos nosotros nos reconocemos".

Selma trabajó toda su vida con un estilo narrativo que tendía a difuminar los límites entre el sueño y la realidad. Esta particular forma de fantasía, que en esta autora siempre mezcla lo sobrenatural con la crítica social, es particularmente notable en "El Carretero" (Körkarlen) (1912), que cuenta la historia de un hombre que muere en la noche de Año Nuevo y debe manejar el carro de la Muerte durante todo el año siguiente. El cineasta sueco Victor Sjöström hizo en 1921 una adaptación cinematográfica de la novela, que sigue siendo considerada una de las mejores películas de esa nacionalidad de todos los tiempos.

lunes, 15 de marzo de 2010


EL 15 DE MARZO DE 1937 FALLECE H.P. Lovecraft, ESCRITOR ESTADOUNIDENSE.

Muy recomendable la lectura de sus relatos de terror y ciencia ficción.

El nombre de Lovecraft es sinónimo de ficción de horror; sus escritos, particularmente los Mitos de Cthulhu, han influido a los autores de ficción a lo largo y ancho del mundo, y podemos encontrar elementos lovecraftianos en novelas, películas, música, cómics y dibujos animados. Por ejemplo, los villanos de Gotham City en Batman son encarcelados en el Asilo Arkham, en Arkham, una invención de Lovecraft. Muchos escritores modernos de terror, como Stephen King, Bentley Little, Joe R. Lansdale, por nombrar a unos pocos, han citado a Lovecraft como una de sus más importantes influencias.

Lovecraft fue un escritor relativamente desconocido en su propia época. Mientras que sus historias se habían hecho un lugar en publicaciones como Weird Tales, mucha gente no conocía su nombre. A pesar de ello, mantenía regularmente correspondencia con otros escritores contemporáneos, como Clark Ashton Smith y August Derleth, gente que se convirtió en buenos amigos suyos, incluso sin haberse nunca conocido en persona. Este nutrido grupo de escritores llegó a conocerse como el "Círculo de Lovecraft", ya que tomaban prestados elementos de las historias de Lovecraft - libros misteriosos con nombres inquietantes, panteones de dioses extraterrestres, como Cthulhu y Azathoth, y lugares como Miskatonic y Arkham - para usarlos en sus propias historias (con la bendición y ánimo de Lovecraft). Se ha sugerido que fueron los esfuerzos del Círculo de Lovecraft - particularmente August Derleth - los que evitaron que el nombre y las historias de Lovecraft desaparecieran completamente en la oscuridad.

A menudo, en las historias de Lovecraft, el protagonista es incapaz de controlar sus propias acciones, o encuentra imposible cambiar el curso de los acontecimientos. Muchos de estos personajes escaparían del peligro si simplemente corrieran en dirección opuesta, aunque esta posibilidad nunca surge o es de alguna forma sometida por una entidad externa, como en El color que cayó del cielo. Con frecuencia estos sujetos se encuentran bajo la influencia de algún ser malévolo u otros seres. Con la misma inevitabilidad que el destino del ancestro, huir o suicidarse no proporciona la completa seguridad de escapar (El ser en el umbral, El intruso, El caso de Charles Dexter Ward, etc.) En algunos casos, este destino se manifiesta para toda la humanidad, y no existe escape posible (La sombra del tiempo). En relatos como Los sueños en la Casa de la Bruja, la poética de Lovecraft apunta a la imposibilidad de triunfo de los saberes popular y científOtro tema recurrente en las historias de Lovecraft es la idea de que los descendLas mujeres en la obra de Lovecraft son raras, y no son ni compasivas ni comprensivas ni amables. Los pocos personajes femeninos en sus historias, - como Asenath White (si bien de hecho era un perverso hechicero que se había apoderado del cuerpo de una inocente chica) en El ser en el umbral y Lavinia Whateley en El horror de Dunwich - son, de forma invariable, sirvientas de las fuerzas del mal. El romance se encuentra casi ausente de sus historias; cuando aparece el amor, es normalmente de forma platónica (El árbol). Sus personajes viven en un mundo donde la sexualidad tiene connotaciones negativas - si es reproductiva, suele dar nacimientos de seres sub-humanos El horror de Dunwich -. En este contexto, puede ser de ayuda prestar atención a la escala del horror de Lovecraft, que es frecuentemente descrito por "horror cósmico". Operando a escalas cósmicas, tal y como operan estas historias, asignan a la humanidad un rol insignificante, por lo que no es a la sexualidad femenina lo que estos relatos niegan su rol positivo y vital, es a la sexualidad humana en general.

Además, Lovecraft sostiene en una carta privada (enviada a una de sus muchas amigas intelectuales) que la discriminación en contra de la mujer es una superstición oriental, de la cual los arios deberían liberarse. Dejando el racismo aparte, la carta parece excluir una misoginia consciente, como de hecho, parece estar descartada de su vida privada.

ientes en una línea de sangre nunca pueden escapar de los crímenes cometidos por sus antepasados, si éstos han sido suficientemente atroces. Los descendientes pueden estar alejados en tiempo y en espacio (y, además, en culpabilidad) del acto en sí mismo, pero la sangre se lo revelará (Las ratas en las paredes, El horror oculto, Arthur Jermyn, El alquimista, La sombra sobre Innsmouth y El caso de Charles Dexter Ward).

Un ejemplo de crimen que Lovecraft considera suficientemente atroz para esta clase de consecuencias es el canibalismo (El grabado en la casa y Las ratas en las paredes).

ico (las leyendas y la ciencia) frente al horror de lo desconocido.

viernes, 12 de marzo de 2010


Hoy ha muerto Miguel Delibes, pero un escritor no deja de escribir cuando muere, sino cuando algo o alguien se lo impide y éste fue el caso de Delibes. Sin embargo, esto tampoco es cierto, ya que el tiempo nos lo demuestra: las reflexiones, el análisis del ser humano que aparecen en las obras literarias perduran y siem...pre aprendemos, disfrutamos, lloramos, reímos y nos ayudan a vivir mejor y, sobre todo, nunca dejan de escribir, pues las demás personas aprendemos constantemente con sus obras. Así que, Delibes no ha muerto, sólo dejamos de verle pero no de escucharle.


FALLECE MIGUEL DELIBES Miguel Delibes, maestro de periodistas, académico de la Lengua y escritor premiado con los máximos galardones de las letras españolas, el 'Príncipe de Asturias' y el 'Cervantes', falleció hoy a los 89 años tras una larga enfermedad en su casa d...e Valladolid rodeado por sus familiares más cercanos. (Noticia de Europa Press) El autor de 'Los santos inocentes' nació en Valladolid el 17 de octubre de 1920 y se formó en el colegio La Salle. En plena adolescencia, ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad, pero tuvo que interrumpir su educación tras el estallido de la Guerra Civil Española (1936). Después del conflicto, Delibes se inscribió en la Escuela de Comercio de su ciudad natal con el objetivo de labrarse un futuro pero, por un cauce inesperado, comenzó a trabajar como caricaturista en el diario 'El Norte de Castilla'. Corría el año 1941, y el autor abandonó su tarea inicial para dedicarse a redactar sucesos y necrológicas. Sin embargo, su vocación literaria nació del estudio de una manual de Derecho Mercantil escrito por el abogado Joaquín Garrigues. Según Delibes, el autor madrileño manejaba un estilo "preciso" y "brillante" que iluminaba el conocimiento de una materia "tan árida". Según explicó el propio Delibes en la serie de entrevistas audiovisuales 'Autores Españoles Contemporáneos', promovida por el Centro de las Letras Españolas (Ministerio de Cultura, 1987), respetaba a Garrigues porque "se había criado a los pechos de [José] Ortega y Gasset, lo había admirado mucho y su estilo tenía mucho de 'orteguiano". De esta forma, el autor vallisoletano buscaba un estilo literario concreto, no le bastaba con "una forma cualquiera". "Buscaba una forma apropiada, que además fuese lo más precisa y brillante posible. De manera que, entre don Joaquín Garrigues, 'El Norte de Castilla' y mi mujer [Ángeles de Castro], lograron que naciese mi afición a la literatura", afirmó. A los 26 años, se casó con Ángeles de Castro e inició la escritura de su primera novela, 'La sombra del ciprés es alargada', que le valió el 'Premio Nadal 1947' e impulsaría su carrera literaria. Al tiempo, accedió a la cátedra de Derecho Mercantil de la vallisoletana Escuela de Comercio y fue nombrado subdirector de 'El Norte de Castilla'. Seis años después, asumió la dirección del periódico, enfrentándose de forma continua con la censura. Por ello, dejó su cargo en 'El Norte de Castilla' tres años antes de la promulgación de la Ley de Prensa (1966), creada con el objetivo de suavizar la censura durante el Franquismo. Según ha escrito el periodista César Alonso de los Ríos --autor del artículo 'Delibes: periodismo y testimonio' (1991)--, la Ley Fraga fue precedida por una "limpieza del mercado" que afectó al autor. "Fueron tiempos dolorosos para Delibes", precisó. Respetado por crítica y público, Delibes alcanzó el cénit de su carrera literaria durante esta época con títulos como 'La hoja roja' (1959), 'Las ratas' (1962) y 'Cinco horas con Mario' (1966), entre otros. Sin embargo, en 1981 publicó su obra más popular, 'Los santos inocentes', que fue llevada al cine tres años después por el director Mario Camus. MIEMBRO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA En 1973, fue elegido miembro de la Real Academia Española (RAE) y se incorporó al sillón 'e' de la institución dos años más tarde. Entremedias, Delibes padeció la muerte de su esposa, quien falleció después de una larga enfermedad en 1974. La carrera literaria del autor se resintió tras la desaparición de su mujer, pero Delibes aún guardaba en la recámara títulos tan relevantes como 'El tesoro' (1985) o 'El hereje' (1998). Durante esta época, recibió tres de los principales galardones de la literatura española e internacional, el 'Premio Príncipe de Asturias' (1982), el 'Premio de las Letras Españolas' (1991) y el 'Premio Cervantes' (1993). Estas menciones le elevaron a la categoría de 'clásico' en vida y se adelantaron al final de su carrera literaria, en donde la naturaleza, la violencia y la muerte ocuparon un lugar preeminente. El autor, quien había confesado vivir la vida "a través de los personajes de sus novelas", abandonó la literatura en sus últimos años y se centró en su familia. En 2004, admitió en una entrevista que la vejez le había provocado "los trastornos propios de un posoperatorio interminable". "A estas alturas, sobrevivo en buena parte gracias a mi familia", señaló. En noviembre de 2009, Miguel Delibes recibió en su domicilio la 'Medalla de Oro de Castilla y León' de la mano del presidente de la Comunidad Autónoma, Juan Vicente Herrera. El autor sintió "una ilusión muy grande" ante el galardón, que llegó en una época tardía en la que, según dijo, "parecía que los grandes premios ya habían pasado de largo".
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lunes, 1 de marzo de 2010


LA INEXISTENTE LAURA

Laura llegó a mi vida como sólo algunas mujeres saben hacerlo. Con una discreción y elegancia que pocas mujeres poseen, con generosidad, dando y no pidiendo y con unos ojos negros, redondos y profundos capaces de absorberte y de dejarte marchar con la misma facilidad.
Abrí la puerta y allí estaba con su flauta, dispuesta a ser la mejor, y así será porque tiene talento y esa paciencia que sólo los que son sabios poseen para sacar los mejores sonidos de ese instrumento mágico, que siempre recuerda a los pájaros, que sabe ser alegre y melancólico a la vez y que se hace escuchar entre todos los demás instrumentos, todos más grandes, todos quizá más potentes, pero ella la flauta es siempre joven y alegre entre todos ellos.
Se sentó frente al atril, sacó las partituras que traía preparadas para que yo la escuchase y comenzaron a salir de su flauta los sonidos, desde ese momento estuve seguro de que Laura sabría sacar de ese instrumento lo mejor.
Terminó y me interrogó con la mirada.
-Tienes técnica y has interpretado muy bien, pero puedes hacer mucho más. Toca el resto que traías preparado y el próximo día continuaremos trabajando, pero no para mejorar la técnica o la interpretación, que no lo necesitas.
Siguió tocando hasta concluir la hora convenida para terminar la clase, recogió y se marchó con una sonrisa, pero en los ojos.
Di algunas clases más que tenía previstas para ese día y me iba dando cuenta de la diferencia entre el resto de alumnos y Laura, cada vez estaba más convencido de que no me había equivocado, de que Laura podía destacar, amaba la música, amaba tocar. Sólo tenía que ser consciente de ello.
Pasaban los días y sus ojos sonrientes me acompañaban cada vez más frecuentemente, al principio pensaba en las pautas que le daría en las clases, pero poco a poco sus ojos, su mirada, su porte se iban imponiendo y ocupaban gran parte del espacio de mi mente, así que el día anterior a la siguiente clase, la esperaba con ansiedad.
Y Laura llegó nuevamente, más sonriente y más enigmática que nunca, se sentó frente al atril y esperó con la flauta ya preparada a que yo comenzara a impartirle la clase.
-No te voy a corregir la técnica ni la interpretación, porque ya las posees, y muy buenas, no necesitas que yo te enseñe nada acerca de todo eso, lo que necesitas es tocar como tú eres, dale tu personalidad a cada obra que tocarás en el futuro, y cada pieza llevará una parte de ti.
Comenzó y aquel día noté varios avances en ese sentido.
Al terminar me dijo que la clase le había gustado mucho y que si era posible aumentar un día.
Por supuesto le dije que sí. Y comenzó a venir dos días por semana. Empecé a pensar mucho en ella y a sentir necesidad de que llegara el día de la clase. Yo disfrutaba de cada explicación porque rápidamente se adueñaba de las ideas que le transmitía y día a día mejoraba, veía que lo iba a lograr, que iba a ser una gran flautista, que le daría su impronta a las obras, tenía paciencia, disciplina, talento…. Pero poco a poco también disfrutaba cada vez más de su presencia en aquella sala en la que tantos recuerdos tenía: mi colección de flautas, las fotografías de conciertos que había dado a lo largo del mundo, mis cuadros colgados en las paredes, fotografías de mis seres queridos, y ella encajaba en aquel ambiente como si siempre hubiera pertenecido a ese mundo, como si siempre hubiera estado ahí. La dulzura de su carácter fue envolviéndome más y más y necesitaba verla, y cuando retrasábamos alguna clase porque yo tenía algún concierto fuera de la ciudad, deseaba que acabara para volver a su lado, para refugiarme en su sonrisa.
Un día al acabar la clase, me preguntó si podía mirar la colección de flautas, los cuadros, la invité a hacerlo y le dije que prepararía un café mientras tanto, lo tomamos y comenzamos a hablar de todo un poco y nos sentimos a gusto. Al marchar le dije que al día siguiente tenía concierto y que si quería podía ir y luego podríamos cenar. Aceptó, la vi marcharse con sus veinte años, firme y segura y aún me gustó más.
Empezamos a vernos todos los días, hablábamos, nos reíamos, estudiábamos juntos…y me enamoré de su dulzura, de su conversación, de su inteligencia, de su compañía, de sus sonrientes ojos.
Un día y casi sin percatarme de ello cuando estábamos acabando una clase coloqué mi mano en uno de sus hombros y ella la acarició y entrelazó su mano a la mía en un gesto que sin saber por qué resultaba natural. De la misma manera llegaron los primeros besos, caricias, abrazos y fueron y siguen siendo especiales los abrazos, los besos, los encuentros de nuestros cuerpos porque lo que pudo ser una simple noche de amor se convirtió en algo hermoso que aún hoy un año después perdura.
Cuando Eduardo de las Heras, terminó de contar al resto de sus amigos flautistas su relato de lo que estaba viviendo, se hizo un profundo silencio, pero en seguida uno de ellos le preguntó:
-¿Eres feliz con Laura?
-Mucho, como hacía tiempo que no lo era, desde que me separé, bien lo sabéis, he sufrido mucho.
Otro dijo:
-Nos la presentarás algún día, supongo.
-Si queréis podéis conocerla ahora mismo, en realidad está en casa, en el estudio.
Todos dijeron que sí y allá se dirigieron, cuando entraron vieron cómo una dama vestida de época, entraba en el cuadro que estaba enfrente del atril, se sentaba, cogía la flauta y les sonreía con sus ojos.
La estupefacción se adueñó de la sala y apesadumbrados comenzaron a salir de la estancia porque nadie podía o se atrevía a mirar a Eduardo.
Al salir les acompañaron los sonidos de la Flauta Mágica, de Mozart.
De vuelta al comedor, Eduardo de las Heras les sirvió el café y les dijo:
-No debéis preocuparos por mí, soy feliz y siempre amaré a la inexistente Laura.