domingo, 30 de mayo de 2010


El siguiente pensamiento se atribuye a Voltaire, pero no se ha encontrado en sus obras, sea como fuere la frase es muy buena:

No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.

Necesitamos creer de verdad en el derecho de las demás personas a exponer sus ideas, aunque no estemos de acuerdo.

viernes, 21 de mayo de 2010

Comentario de Stefan Bollmann:

"Cuando la fiebre de la lectura comenzó a hacer estragos entre las damas en tiempos de Chardin y de Baudouin y se vio, primero en la metrópolis parisina y después en las provincias más apartadas, a todo el mundo -pero sobre todo a las mujeres- pasearse con un libro en el bolsillo, el fenómeno irritó a ciertos contemporáneos e hizo entrar rápidamente en escena a partidarios y críticos. Los primeros preconizaban una lectura útil, que debía canalizar el "furor por la lectura", como se llamó entonces a ese fenómeno social, para transmitir los valores de virtud y favorecer la educación. Sus adversarios conservadores, en cambio, sólo veían en la lectura desenfrenada una nueva prueba de la imparable decadencia de las costumbres y del orden social. así, por ejemplo, el librero suizo Johann Georg Heinzmann llegó incluso a considerar la manía de leer novelas como la segunda calamidad de la época, casi tan funesta como la Revolución Francesa".

jueves, 20 de mayo de 2010


EL 20 DE MAYO DE 1882 NACE SIGRID UNDSET, ESCRITORA NORUEGA, PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN 1928.

Sus primeras novelas fueron La señora Marta Ulia (1907), Jenny (1911) y Primavera (1914), en las que escribe en contra de los defensores del «amor libre». Incrementó y consolidó su fama con Las mujeres sabias (1918) y el ensayo Punto de vista de una mujer (1919).

Sus obras más conocidas son Kristin Lavransdatter (1920-1922) y Olav Audunssön (1925-1927), en las que trata el permanente conflicto entre el amor terreno y el divino.

Se convirtió al catolicismo en 1924, experiencia que narró en Gymnadenia (1929) y en el La zarza ardiente (1930). Profesó en la Tercera Orden de la Penitencia de Predicadores como Dominica Seglar. En 1940 se trasladó a los Estados Unidos, a causa de su oposición a la Alemania nazi y la ocupación alemana de Noruega, en donde participó activamente en movimientos de lucha contra los nazis. Volvió a Noruega en 1945, tras la terminación de la II Guerra Mundial.

Otras obras que cabe destacar son la novelas La esposa fiel (1936) y Madame Dorothea (1939), su autobiografía, Los años más largos (1934) y su famosa biografía sobre Catalina de Siena (1951).

Fue galardonada en 1928 con el premio Nobel de Literatura.

domingo, 9 de mayo de 2010


Comentario de Alicia Redondo Goicoechea:

"Un cambio importante en la literatura, es la escritura de Corín Tellado que constituye casi un apartado por sí misma. En primer luger, porque ha sido declarada por la Unesco la escritora en español más leída de todos los tiempos, y su producción llega a los cinco mil títulos (ha escrito algo más de una novela a la semana durante sesenta años); y, en segundo lugar, porque, a pesar de ese éxito no sólo no tiene cabida en las historias masculinas de la literatura sino que ha sido, hasta los años ochenta, sistemáticamente vituperada por todos los críticos de la derecha y de la izquierda, y eliminada por ambos de sus estudios, como si la ingente labor y éxito no mereciera ni la más mínima reflexión.
No cabe duda de que la escritura de Corín es un fenómeno de lectura fundamentalmente femenina, y es aquí donde se puede encontrar la explicación a este desprecio crítico. Aunque entre sus lectores masculinos se encuentran escritores insignes y valientes, que dan mucha importancia a los sentimientos amorosos, como los latinoamericanos Cabrera Infante, Julio Cortázar y Vargas Llosa que reconocen haber aprendido mucho con sus novelas. Respecto a Julio Cortázar, dice Cristina Peri Rossi, en su ejemplar autobiografía, que era particularmente adicto a leer novela rosa, y reconocía con naturalidad lo que disfrutaba con Corín Tellado. En España, el crítico pionero en su rehabilitación, en los años setenta, ha sido Andrés Amorós aunque también el escritor Francisco Umbral la ha valorado no sólo como escritora sino también como antifranquista."

viernes, 7 de mayo de 2010


EL 7 DE MAYO DE 1867 NACE WLADYSLAW REYMONT, NOVELISTA POLACO. PREMIO NOBEL DE LITERATURA EN 1924.

Su padre era organista en un pueblecito polaco y su madre era de origen noble. Ambos querían que el joven Władysław se hiciera sacerdote, pero este tenía otros proyectos. Dejó el colegio y desempeñó diversos oficios (actor de teatro, maquinista de ferrocarril), cambiando a menudo de lugar de residencia. Viajó mucho por Polonia y a través de Europa, pero su pasión siempre fue la literatura. Perteneció a la corriente literaria Polonia joven.

La más conocida de sus novelas, Los campesinos, 1904-1909), dividida en cuatro partes que llevaban los nombres de las estaciones del año, fue su principal aval para conseguir el premio Nobel de Literatura en 1924, a pesar de que Stefan Zeromski era considerado un mejor candidato para que un escritor en lengua polaca obtuviera este premio, pero éste era profundamente anti-alemán, y por ello no fue galardonado.

PRINCIPALES OBRAS:

Peregrinación a Częstochowa (1895)
La comediante (1896)
La tierra de la gran promesa (1899), 1998.
Los campesinos (1904-1909)
El vampiro (1911)
El año 1794 (1913-1918)
El soñador

jueves, 6 de mayo de 2010


EL 6 DE MAYO DE 1908 VICENTE BLASCO IBÁÑEZ PUBLICA LA NOVELA SANGRE Y ARENA.

Participó en política, caracterizándose por su oposición a la monarquía y sus ideales republicanos, manifestando los mismos en el periódico El Pueblo, que fundó en noviembre de 1894. Fue detenido en 1896 y condenado a varios meses de prisión. Entre los años 1898 y 1907, ocupó escaño en el Congreso de los Diputados representando al Partido Republicano, denominado Unión Republicana, entre el republicanismo unitario y el federalista, más tarde por sus discrepancias con el partido se integró al Partido de Unión Republicana Autonomista.

El novelista y republicano valenciano recibió el encargo personal del presidente francés Raymond Poincaré de escribir una novela sobre la guerra. Y ésta fue Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916), que cautivó al público norteamericano.[cita requerida] El autor valenciano cultivó varios géneros dentro de la narrativa. Así, obras como Arroz y tartana (1894), Cañas y barro (1902) o La barraca (1898), entre otras, se pueden considerar novelas regionales. Al mismo tiempo, destacan sus libros de carácter histórico, entre los cuales se encuentran: Mare Nostrum, El caballero de la Virgen, el ya citado Los cuatro jinetes del Apocalípsis (1916), El Papa del Mar, A los pies de Venus o de carácter autobiográfico como La maja desnuda, La voluntad de vivir e incluso Los Argonautas, en la que mezcla algo de su propia biografía con la historia de la colonización española de América. Añádase La catedral, detallado fresco de los entresijos eclesiásticos de la catedral de Toledo.

Aunque por algunos críticos se le ha incluido entre los escritores de la Generación del 98, la verdad es que sus coetáneos no le admitieron entre ellos. Vicente Blasco Ibáñez fue un hombre afortunado en todos los órdenes de la vida y además se enriqueció con la literatura, cosa que ninguno de ellos había logrado. Además, su personalidad arrolladora, impetuosa, vital, le atrajo la antipatía de algunos. Sin embargo, pese a ello, el propio Azorín, uno de sus detractores, ha escrito páginas extraordinarias en las que manifiesta su admiración por el escritor valenciano. Por sus descripciones de la huerta de Valencia y de su esplendoroso mar, destacables en sus obras ambientadas en la Comunidad Valenciana, su tierra natal, semejantes en luminosidad y vigor a los trazos de los pinceles de su gran amigo, el ilustre pintor valenciano Joaquín Sorolla.

No es la llamada cuestión social de lucha de clases, planteada a lo largo del siglo XIX con los primeros brotes de socialismo activo y revolucionario el problema fundamental para Blasco; más bien se enfrenta a la realidad de la Valencia de aquellos tiempos en la que el analfabetismo del pueblo se unía a unas condiciones de vida precarias, y todo ello unido a unas creencias anquilosadas y enemigas de todo mejoramiento. Blasco Ibañez se ve en la necesidad moral de denunciar los abusos y contribuir al progreso del pueblo.

La obra de Vicente Blasco Ibáñez, en la mayoría de las historias de la literatura española en uso, por sus características generales se califica como perteneciente al Naturalismo literario. También se pueden observar, en su primera fase, algunos elementos costumbristas y regionalistas.

martes, 4 de mayo de 2010


Otro comentario de Alicia Redondo Goicoechea:

"Los momentos de cambios sociales profundos originan siempre un claro resurgir de la novela histórica, como ya señaló Lukács, y no podía ser de otra manera, en el caso de las grandes transformaciones causadas por el movimiento de las mujeres.
Algunas poetas, novelistas, periodistas y estudiosas emprendieron la tarea de revisar las vidas y obras de las mujeres, de las que se nos habían transmitido opiniones y retratos masculinos pocos satisfactorios.
En cuanto a las obras en prosa, van desde la novela histórica hasta la investigación,y, en ellas, las autoras han emprendido la rehabilitación y el descubrimiento de multitud de mujeres que fueron importantes en su época, y de las que apenas se había hecho eco la historia oficial, mujeres víctimas de la famosa "omisión blanca" que persigue sistemáticamente su quehacer, e impide la creación de una tradición femenina en la historia, aunque existió ésta en la realidad. a esto hay que añadir los estudios sobre la vida cotidiana de las mujeres, de todas las clases sociales y de todas las épocas(...)
No obstante, el objetivo claro de todas estas autoras y autores era, y sigue siendo, rectificar los errores y aclarar los hechos en busca de una mirada femenina nueva y una mayor comprensión que tiene precedentes importantes, como, por ejemplo, las reflexiones de Unamuno y su teoría de lo que él llamaba la intrahistoria, como sustituta de una vieja historia cuajada de fechas, batallas, tratados y totalidades.
En cambio las novelistas suelen trasladar a estas figuras históricas los problemas y preocupaciones de su momento, y, muchas veces, la propia búsqueda de la identidad personal, intentando descubrir en el pasado la solución de los problemas del presente. Esto produjo una nueva forma de novela histórica que buscaba, desde dentro de las grandes protagonistas, las motivaciones de unos actos que fueron importantes decisiones políticas o sociales. Su origen hay que situarlo en la escritora belga Marguerite Yourcenar y sus célebres Memorias de Adriano. Desde el punto de vista formal lo que las novelas históricas femeninas suelen tener en común, además de lo fragmentario de los sucesos narrados, es la desaparición del narrador que lo sabe y lo juzga todo como un dios inmisericorde, para dejar paso a narradores personales que relativizan lo visto y, a la vez, lo dotan de autenticidad.Éste ha sido, tradicionalmente, el punto de vista privilegiado por la escritura femenina, y, quizá por ello, cuajan ahora un conjunto de obras bastante amplio que va desde la novela histórica al periodismo, el ensayo y la investigación."