jueves, 6 de mayo de 2010


EL 6 DE MAYO DE 1908 VICENTE BLASCO IBÁÑEZ PUBLICA LA NOVELA SANGRE Y ARENA.

Participó en política, caracterizándose por su oposición a la monarquía y sus ideales republicanos, manifestando los mismos en el periódico El Pueblo, que fundó en noviembre de 1894. Fue detenido en 1896 y condenado a varios meses de prisión. Entre los años 1898 y 1907, ocupó escaño en el Congreso de los Diputados representando al Partido Republicano, denominado Unión Republicana, entre el republicanismo unitario y el federalista, más tarde por sus discrepancias con el partido se integró al Partido de Unión Republicana Autonomista.

El novelista y republicano valenciano recibió el encargo personal del presidente francés Raymond Poincaré de escribir una novela sobre la guerra. Y ésta fue Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916), que cautivó al público norteamericano.[cita requerida] El autor valenciano cultivó varios géneros dentro de la narrativa. Así, obras como Arroz y tartana (1894), Cañas y barro (1902) o La barraca (1898), entre otras, se pueden considerar novelas regionales. Al mismo tiempo, destacan sus libros de carácter histórico, entre los cuales se encuentran: Mare Nostrum, El caballero de la Virgen, el ya citado Los cuatro jinetes del Apocalípsis (1916), El Papa del Mar, A los pies de Venus o de carácter autobiográfico como La maja desnuda, La voluntad de vivir e incluso Los Argonautas, en la que mezcla algo de su propia biografía con la historia de la colonización española de América. Añádase La catedral, detallado fresco de los entresijos eclesiásticos de la catedral de Toledo.

Aunque por algunos críticos se le ha incluido entre los escritores de la Generación del 98, la verdad es que sus coetáneos no le admitieron entre ellos. Vicente Blasco Ibáñez fue un hombre afortunado en todos los órdenes de la vida y además se enriqueció con la literatura, cosa que ninguno de ellos había logrado. Además, su personalidad arrolladora, impetuosa, vital, le atrajo la antipatía de algunos. Sin embargo, pese a ello, el propio Azorín, uno de sus detractores, ha escrito páginas extraordinarias en las que manifiesta su admiración por el escritor valenciano. Por sus descripciones de la huerta de Valencia y de su esplendoroso mar, destacables en sus obras ambientadas en la Comunidad Valenciana, su tierra natal, semejantes en luminosidad y vigor a los trazos de los pinceles de su gran amigo, el ilustre pintor valenciano Joaquín Sorolla.

No es la llamada cuestión social de lucha de clases, planteada a lo largo del siglo XIX con los primeros brotes de socialismo activo y revolucionario el problema fundamental para Blasco; más bien se enfrenta a la realidad de la Valencia de aquellos tiempos en la que el analfabetismo del pueblo se unía a unas condiciones de vida precarias, y todo ello unido a unas creencias anquilosadas y enemigas de todo mejoramiento. Blasco Ibañez se ve en la necesidad moral de denunciar los abusos y contribuir al progreso del pueblo.

La obra de Vicente Blasco Ibáñez, en la mayoría de las historias de la literatura española en uso, por sus características generales se califica como perteneciente al Naturalismo literario. También se pueden observar, en su primera fase, algunos elementos costumbristas y regionalistas.

2 comentarios:

  1. Gracias por la información,muy interesante para un valenciano como yo. un beso.

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  2. Me alegro, pero gracias a ti y un lujo tenerte por aquí.
    Un beso enorme

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