viernes, 10 de septiembre de 2010

LECTURA PELIGROSA

"Cuando la fiebre de la lectura comenzó a hacer estragos entre las damas en tiempos de Chardin y de baudouin y se vio, primero en la metropólis parisina y después en las provincias más apartadas, a todo el mundo -pero sobre todo a las mujeres- pasearse con un libro en el bolsillo, el fenómeno irritó a ciertos contemporáneos e hizo entrar rápidamente a partidarios y críticos. Los primeros preconizaban una lectura útil, que debía canalizar " el furor por la lectura", como se llamó entonces a ese fenómeno social, para transmitir los valores de virtud y favorecer la educación. Sus adversarios conservadores, en cambio, sólo veían en la lectura desenfrenada una nueva prueba de la imparable decadencia de las costumbres y del orden social así, por ejemplo, el librero suizo Johann Gerog Heinzmann llegó incluso a considerar la manía de leer novelas como la segunda calamidad de la época, casi tan funesta como la Revolución francesa. según él, la lectura había acarreado "en secreto" tanta desgracia en la vida privada de los hombres y las familias como "la espantosa Revolución Francesa" en el dominio público. Hasta los racionalistas creían que la práctica inmoderada de la lectura constituía ante todo un comportamiento perjudicial para la sociedad."

Comentario de Stefan Bollmann

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