miércoles, 28 de abril de 2010


Más sobre la situación de la mujer escritora en la sociedad.

Comentario de Alicia Redondo Goicoechea:

"La década prodigiosa de los sesenta, tan libre y liberadora en muchos aspectos en todo el mundo, es, en España, una época todavía cerrada pero en la que empieza a evolucionar hacia modelos económicos y sociales más abiertos; los cuales se plasman, en literatura, en una renovación del realismo social enriquecido con nuevas formas de escritura.
En las obras escritas por mujeres en esta época, el punto de vista del que se parte y la voz con la que se expresan suele ser el yo de una narradora, lo cual hace que parezca que su visión del mundo es más limitada que aquella que ofrecen las obras masculinas, casi siempre con narradores impersonales, pero no es así; cada mirada, todas las miradas, cuentan sólo su mundo, que no es sino una parte del mismo, otra cosa diferente es que estas miradas pretendan ser objetivas. En las novelas de estas autoras se narran tantas cosas de la intrahistoria, y tantas otras de personajes de mujeres, que resulta también fácil ver, a través de ellas, el retrato de una sociedad.
Ana María Matute es continuadora, como Dolores Medio y Elena Quiraga, de la línea que dejó abierta Carmen Laforet con "Nada" o "La isla y los demonios". Esto supone, sobre todo, un claro esfuerzo por construir nuevos modelos de mujeres, que ahora son siempre víctimas, y, sin embargo, también culpables, pero a la vez, fuertes, lúcidas y desencantadas, para las que la vida es un camino de sufrimiento y el amor el más cruel de los engaños."

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